
Industrializar el área agrícola produjo un enorme aumento de los pesticidas y químicos en la naturaleza, y por ende, en los alimentos que consumimos. Por consiguiente, debido a sus terribles efectos perjudiciales, estas sustancias químicas son un serio factor de riesgo.
Con esto quiero decirte que, hoy más que nunca necesitamos con urgencia buscar alimentos orgánicos. A su vez, el área agrícola debe ser renovada lo antes posible para asegurar la salud humana y de su entorno.
¿Qué alimentos suelen tener pesticidas?
Estos compuestos químicos comúnmente se emplean en granos como el trigo o el arroz, en frutas, verduras, aceitunas y canola.
Sin importar la edad que tengas, cuando consumes estos alimentos o sus derivados, te expones a sus efectos nocivos. Por este motivo, siempre se recomienda gastar un poco más, pero comprar alimentos orgánicos. En estos casos, pagar más pasa a ser una inversión y no un gasto.
¿Qué frutas y verduras poseen más cantidad de pesticidas?
Ciertos alimentos presentan una mayor susceptibilidad a la contaminación con pesticidas. Este hecho ha sido informado por el Grupo de Trabajo Ambiental conocido como “Environmental Working Group o EWG”. Entre estos alimentos se encuentran la fresa, la uva, lechuga, kale, manzana, cereza, pera, papa, pepino, tomate, pimiento dulce, morrones, espinaca, apio, durazno-nectarina y arándano. Por ello, si vas a comer alguno de estos alimentos, se recomienda adquirir los que tienen sello orgánico o al menos garantía agroecológica.
De forma adicional, dicha organización también sugiere elegir la versión orgánica de porotos y chauchas. Cabe destacar que inclusive en los jugos de frutas o verduras podrían permanecer residuos de pesticidas.
Por el contrario, entre los alimentos con un menor contenido de pesticidas tenemos a la papaya o mamón, al kiwi, cebolla, hongos, melón, palta, guisantes, ananá, sandía, mango, pomelo, espárrago, berenjena y batatas. Esto significa que su consumo es más seguro en caso de que no puedas conseguir su versión orgánica.
¿El agua potable también podría tener pesticidas?
Estudios publicados por Scielo afirman que los plaguicidas pueden llegar a nuestro organismo de forma directa por medio del agua potable. Lo peor es que estas impurezas químicas podrían resistir frente a la degradación. Consecuentemente, durarían por un largo plazo en las aguas de origen superficial y subterráneo.
Ahora bien, hay que aclarar que los plaguicidas producen características organolépticas negativas, tanto en el olor como en el sabor del agua potable. Inclusive en cantidades pequeñas. Por este motivo, por lo general existe una tendencia de rechazo al agua con pesticidas a causa de un sabor u olor desagradable.
¿Sabías que los pesticidas permanecen en la cáscara de los alimentos?
Por una parte, consumir la cáscara de frutas o verduras podría aportarnos valiosos nutrientes. Sin embargo, si no se trata de alimentos orgánicos, es probable que la cáscara contenga más tóxicos que nutrientes. Para que te puedas imaginar, se ha estudiado que la piel de una pera podría tener hasta 16 tipos diferentes de plaguicidas.
Ahora bien, cabe destacar que el doctor Steve Savage ha descubierto que más del 70% de los pesticidas que se emplearon en California en el año 2010 tenían menor toxicidad que la vainilla que se agrega a los helados. Por ende, si usas esencia de vainilla para cocinar y no tienes la posibilidad de conseguir este producto orgánico, tal vez sea más sano optar por no usarlo. De igual manera, se ha evidenciado una elevada toxicidad en la aspirina, en el café y en las salsas picantes.
¿Sabías que los pesticidas que consumimos a través de los alimentos se van acumulando en nuestro organismo?
En la masa grasa de nuestro cuerpo, aparte de contar con moléculas de grasa es posible que se depositen “contaminantes orgánicos persistentes” (COP). Estos COP son sustancias químicas tóxicas que van permaneciendo en nuestro cuerpo a largo plazo. De hecho, se han realizado estudios que demuestran que en las placentas maternas se acumulan distintas clases de pesticidas. Y esto no es todo, sino que también se encontraron pesticidas que fueron prohibidos hace ya varias décadas atrás. Por lo tanto, desde el vientre de nuestras madres nos encontramos expuestos a los pesticidas.
En definitiva, con esta información podemos afirmar que a medida que pasa el tiempo, los pesticidas se van acumulando más y más en nuestro organismo. ¡Razón de más para tener un mayor cuidado de nuestra alimentación!
¿Qué efectos tienen los pesticidas?
Tal como lo afirma el doctor en bioquímica, José Miguel Mulet Salort, distintos pesticidas actúan como interruptores endocrinos. Esto quiere decir que tienen la capacidad de cambiar el balance hormonal en distintas personas. En consecuencia, podrían aparecer desequilibrios hormonales.
Otro de los efectos que poseen los pesticidas se asocia con la infertilidad. Este podría ser uno de los tantos motivos por los que muchas mujeres no logran quedar embarazadas. En el año 2017, Chiu YH, Williams PL, Gillman MW, y otros asociados estudiaron a distintas mujeres que pasaban por tratamientos de fertilidad. El resultado fue que, las que comían mayor número de frutas y vegetales presentaban un contenido más alto de pesticidas y su posibilidad de quedar embarazadas se reducía. Al mismo tiempo, el riesgo de abortos era mayor en quienes consumían más frutas y verduras.
Anterior a este estudio, en el año 2013, Juan Pedro Arrebola junto a varios investigadores de la Universidad de Granada estudiaron otro de los posibles efectos de los pesticidas: una mayor predisposición a la diabetes.
Hay que considerar que los pesticidas no sólo están en las frutas y verduras. También forman parte de la alimentación de los animales y de esta manera pueden estar en lácteos, carnes y sus derivados. Se ha probado que estos compuestos acumulativos son capaces de cambiar las funciones normales de la glándula tiroides. Incluso, en algunos casos pueden llegar a aumentar el riesgo de cáncer hormonodependiente.
Además, se ha visto que los pesticidas pueden modificar el ADN, promover el estrés oxidativo o aumentar la inflamación celular.