
Recientemente se ha descubierto que un moretón o unos ganglios linfáticos inflamados podrían a largo plazo ser desencadenantes de distintas enfermedades graves. La inflamación celular crónica podría ser la causa de ataques de corazón, cánceres, demencia o Alzheimer.
Por lo general, la inflamación es un mecanismo de defensa por el cual nuestro cuerpo logra protegerse frente a diferentes virus, parásitos o bacterias. En el momento en que alguno de estos patógenos se dirige a nuestro organismo, la inflamación actúa destruyendo al microbio y al tejido infectado. Después, este suceso termina e inicia la fase de curación.
Lamentablemente, a veces la fiebre puede continuar sin detenerse en el tiempo óptimo. En algunos casos esto se debe a una predisposición genética, a la nicotina o a una tensión arterial elevada. Estos factores pueden transformar a la inflamación en una situación crónica en vez de ser algo temporal. Si esto sucede, el organismo comienza a atacarse a sí mismo del mismo modo en que de pequeños nos sacamos la costra de una herida. Por desgracia, este proceso puede ocasionar distintas complicaciones.
¿Qué daños podría causar una inflamación crónica?
El proceso inflamatorio crónico desequilibra el almacenamiento de colesterol en las arterias del corazón. A su vez esto puede ocasionar paros cardíacos y derrame cerebral.
Por otra parte, podría estimular la multiplicación de células anormales y favorecer su mutación a células cancerígenas. Dicho de otra forma, la inflamación crónica podría fomentar la aparición de las patologías más dañinas durante la adultez media y la vejez.
Por lo tanto, este conocimiento es muy interesante, ya que indica que existe una nueva y práctica manera de prevenir las enfermedades mencionadas. Es decir, que en vez de buscar formas de tratar cánceres, cardiopatías u Alzheimer, con tan sólo un tratamiento para combatir la inflamación se podrían prevenir dichas patologías.
¿Cómo disminuir la inflamación?
Actualmente es muy difícil escapar de la alimentación cultural que generalmente está llena de azúcares y grasas saturadas. Lo peor de todo es que muchos, además de llevar una alimentación inflamatoria, no realizan actividad física. Estos hábitos promueven la inflamación celular.
Entonces, necesitas consumir grasas saludables, reducir las frituras, evitar la margarina, y tener moderación o directamente evitar el azúcar y derivados. En cambio, debes aumentar tu consumo de verduras, pescados y frutas orgánicas, ya que estos alimentos contienen antioxidantes que luchan en contra de los radicales libres.
Además, si tienes sobrepeso u obesidad, disminuir esos kilos excedentes es clave para disminuir la inflamación de tu organismo. Esto es posible porque tener un normopeso disminuye la cantidad de citocinas inflamatorias.
Incluso, ejercitarte regularmente, como mínimo media hora diaria durante toda la semana, disminuye la inflamación de tu cuerpo. También el uso de hilo dental previene la inflamación de las encías.
En síntesis, para combatir la inflamación celular, necesitas ganarle al sedentarismo, comprar alimentos saludables y procurar no lastimarte mientras caminas.