
Por más cómodo que nos resulte preparar nuestras comidas con alimentos enlatados, este hábito no es para nada saludable. En este artículo te contaré por qué deberías optar por alimentos frescos.
Contienen Bisfenol A
El bisfenol A es un compuesto químico que se emplea en gran medida para producir envases, recipientes y también para revestir latas de alimentos. Asimismo, puede formar parte de mamaderas o biberones, chupetes, cepillos dentales y distintos recipientes diseñados para almacenar comidas y bebidas.
Son varios los estudios que han monitoreado y comprobado la existencia de una amplia exposición de los humanos al bisfenol A. Sobre todo a través de la alimentación. El consumo medio de los estadounidenses es de alrededor de 25ng diarios de bisfenol A por cada kg de peso.
¿Cuál es el problema con este compuesto?
Por desgracia, los alimentos enlatados que suelen contar con este componente pueden alterar nuestro sistema endocrino. De hecho, estudios recientes han comprobado que actúa induciendo modificaciones epigenéticas y cambios en el ADN.
Además, otros estudios indican que podría modificar el metabolismo de la glucosa y de las grasas. Al mismo tiempo puede conducir al aumento del estrés oxidativo.
Por si esto fuera poco, se ha asociado al bisfenol A con la diabetes, las enfermedades cardíacas y hepáticas. Tanto es así que una universidad de Alicante en España ha demostrado que el páncreas cambia en gran medida a causa de los tóxicos como el bisfenol A. El investigador Ángel Nadal ha llevado a cabo pruebas en roedores y ha encontrado que dicho compuesto afecta el funcionamiento del páncreas. A su vez aumenta la resistencia a la insulina, elevando así el riesgo de sufrir diabetes.
Los alimentos enlatados son un peligro para el feto
Las mujeres que consumen productos alimenticios industriales que vienen en envases elaborados con bisfenol A pueden tener cambios epigenéticos. La exposición uterina genera alteraciones en la expresión de los genes. En embarazadas, el bisfenol A ingresa a la placenta y se va acumulando. De este modo, los fetos quedan expuestos desde antes de nacer a este compuesto nocivo.
Otros posibles problemas relacionados con la exposición al bisfenol A son:
- Alteraciones en la formación de las mamas y en el sistema reproductivo.
- Mayor riesgo de cáncer de mama y próstata.
- Incremento del peso corporal.
Por otra parte, si una mujer embarazada consume alimentos enlatados durante el desarrollo del feto, este hábito se asocia con alteraciones en el proceso de diferenciación sexual. Esto influye en las hormonas sexuales masculinas. De igual modo se evidenció que aún la más mínima exposición química a lo largo del período fetal puede modificar el mecanismo de metilación de ADN.
Los estudios actuales otorgan datos cruciales sobre cómo los químicos del ambiente pueden interrumpir el proceso de diferenciación sexual masculina. Inclusive, se ha estudiado que las modificaciones en la liberación de hormonas sexuales masculinas se asocian con distintos eventos de exposición.
Desafortunadamente, lo más probable es que los componentes químicos induzcan efectos a lo largo del desarrollo fetal que puedan manifestarse en la vida adulta.
¿Qué otras alternativas existen para disminuir la exposición al bisfenol A?
Evitar los alimentos enlatados es una de las maneras más efectivas para reducir la exposición al bisfenol A. De igual forma existen otros envases de uso cotidiano que también podrían tener bisfenol A. Algunos ejemplos son:
- Los platos y vasos desechables.
- Ciertos envases de comida a domicilio.
- Botellas de agua reutilizables.
En definitiva, lo mejor es usar envases y recipientes de vidrio, evitando al máximo posible el uso del plástico para el transporte o manipulación de comidas y bebidas.